En
los últimos años la formación, al igual
que casi todos los ámbitos empresariales, se ha visto
muy influenciada por el enorme avance de las nuevas tecnologías
y, sobre todo, por Internet. Está claro que en la actualidad
se dispone de valiosas herramientas que hacen posible la formación
a distancia, también denominada e-learning. Sin embargo,
parece que esta práctica no ha sido la revolución
que todos esperaban.
No cabe duda de que la formación online no está
creciendo al ritmo que se pronosticó hace un par
de años. Las causas de ello son varias: por un lado,
aunque parezca paradójico, está el retraso
en el desarrollo de las tecnologías aunque
se ha avanzado mucho no ha sido suficiente; en los
accesos a Internet y sus capacidades de flujo, así
como el coste de las conexiones.
También hay que tener en cuenta el parque tecnológico,
en muchos casos obsoleto, con que cuentan aún numerosas
compañías y que dificulta, en gran medida,
la posible implantación de un programa de formación
online en las mismas.
Por otro lado, se ha producido un freno por parte de los
formadores tradicionales, que sienten recelo y rechazo a
la nueva formación a distancia; sin olvidar la actitud
escéptica y poco proactiva de las entidades públicas
y privadas a la hora de apostar por nuevos métodos.
Todo esto no deja de resultar, hasta cierto punto, lógico:
es muy difícil introducir cambios y novedades cuando
la formación impartida hasta el momento ha resultado
eficaz y de una calidad incuestionable y, sin embargo, las
últimas noticias sobre proyectos online han sido
negativas.
Creo que ha llegado el momento de aceptar que tanto la
formación tradicional y presencial como a distancia,
pueden funcionar por sí solas pero
¿por
qué no alcanzar una fórmula mixta que las
complemente, tomando lo mejor de cada una? Propongo pues
una solución mixta blended solution
Así, donde el e-learning se presentaba como única
alternativa a la formación convencional, probablemente
las blended solutions son la mejor fórmula
de innovación y evolución. Se trata de desarrollar
el modelo formativo, adaptándole todo lo que Internet
y las nuevas tecnologías tienen de positivo.
Estas, blended solutions conservan los dos
principales puntos fuertes del e-learning: el uso pleno
de las tecnologías de la información y de
la comunicación y la individualización. Así
mismo, guardan las cualidades de la formación presencial,
en la que el contacto directo entre alumnos y profesores
es sumamente valiosa.
En cualquier caso, lo primero de todo, antes de poner en
marcha cualquier proyecto de formación, es evaluar
y analizar con detalle las necesidades del cliente y de
sus empleados, para poder diseñar una solución
a medida. Habrá que involucrar la formación
a través de Internet y las nuevas tecnologías
hasta donde lo permita el grado de utilización que
cada cliente tiene de ellas.
El escenario de fórmulas mixtas supone la obligación
de que el consultor/formador trabaje codo con codo con el
responsable de formación de la empresa y diseñen
juntos la fórmula que mejor se adapte a sus necesidades.
En estos dos últimos años los consultores/formadores
hemos aprendido lecciones muy parecidas a las que han aprendido
los banqueros con la banca por Internet: la inversión
en tecnología es cara; sólo importa y es rentable
el cliente activo y no tiene sentido competir con los servicios
tradicionales.
Recientes estudios han puesto de manifiesto que el 90%
de las grandes empresas españolas han puesto en marcha
o tiene intención de poner en marcha en breve algún
proyecto de e-learning, pero parece que este canal sólo
supone aún el 2% de la formación empresarial.
Coincido con los que dicen que es necesario un importante
cambio cultural que favorezca que las empresas expliquen
y animen a sus trabajadores a participar en programas de
formación a distancia. También comparto la
idea de que las empresas necesitan mejorar su infraestructura
tecnológica y que no es suficiente con trasladar
al ordenador contenidos editoriales sin adaptar.
En conclusión; la formación ni sólo
presencial ni sólo online. Únicamente fórmula
mixta que combine ambas podrá adaptarse a las necesidades
y demandas del mercado.
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